No es Escuela de Música,
es un estudio para principiantes
¿Por qué funciona?
La práctica hace al maestro
La memoria muscular de nuestros cuerpos nos permite llevar a cabo patrones de movimiento con muy poca o nula participación de la consciencia. Por ejemplo, caminar, andar en bicicleta, teclear, y por supuesto, tocar un instrumento.
Para desarrollar esta memoria, los músculos requieren un entrenamiento reiterado con la guía de de la mente consciente. Primero la mente debe aprender el patrón. Luego la mente simplemente le “enseña” ese patrón a los músculos. La mente debe, por lo menos inicialmente, controlar todos los movimientos de los músculos. Cuanto más controlados y precisos sean esos movimientos, más rápido los músculos desarrollarán su memoria. La práctica lenta también permite que la mente enseñe a los “músculos antagonistas” a relajarse. Los músculos antagonistas son aquellos que se mueven en direcciones opuestas. Al relajar los músculos antagonistas, podrá reducir la tensión y lograr que la interpretación sea más fácil y rápida, evitando también potenciales lesiones.
La memoria muscular se desarrolla con la práctica continua de ejercicios musicales. Aquí es donde muchos de los alumnos pierden el interés. Repetir, repetir, repetir. Lo que hacemos aquí es hacer de este necesario paso un juego, que pueda disfrutar y que le divierta.
Sin embargo...
Es sabido que la práctica de patrones simples, necesarios para desarrollar cualquier habilidad, llega a ser monótona, lo que eventualmente la hace tediosa y aburrida. Es por ello que mucha gente se rinde al tratar de aprender a tocar un instrumento. ¿Cómo es posible mejorar esto?
Los videojuegos tienen la capacidad de entretener al usuario mientras se realizan actividades motoras simples (como presionar botones). ¿Qué pasaría si se usaran en la música? La práctica sería divertida, lo que hace mas probable que las personas quieran realizarla, con mayor frecuencia y durante mas tiempo.